sábado, 28 de noviembre de 2015

La vida de un reencarnacionista... es durilla.

Por supuesto, me refiero a un reencarnacionista de pura cepa (véase definición), no me valen los meros “creyentes en la reencarnación”. Y este blog es una buena prueba de lo dura que es la vida del reencarnacionista, sobre todo si eres una “activista” como yo y no te escondes en tu casa pensando que no vale la pena hablar de tus experiencias, sea por la razón que sea.

Las dos últimas semanas has sido especialmente intensas, después del breve descanso que me tomé justo después de publicar mi libro. Mi trabajo como reencarnacionista supone moverme mucho en foros, estar al tanto de todo lo que se publica en internet sobre reencarnación (que por desgracia el 99% son refritos de artículos publicados hace mil años), hablar con otros reencarnacionistas (que es la parte más agradable y satisfactoria), investigar en los últimos avances científicos para seguir construyendo mis propias hipótesis sobre el mecanismo de la reencarnación, escribir para mis blogs, escribir en mis diarios privados, investigar para seguir verificando mis recuerdos... y además, nunca dejo de recordar y/o sentir emociones relacionadas con mis vidas pasadas. Lo de las emociones de vidas pasadas está estrechamente relacionado con las emociones que me producen ciertos acontecimientos en la vida real, no en vano los triggers son una de las principales formas que tenemos para recordar, posiblemente debido a la estrecha relación que hay entre los recuerdos y su contenido emocional.

Parece ser que los reencarnacionistas somos especialmente sensibles a las desgracias que ocurren en el mundo. Creo que somos mucho más conscientes que la media de la población del sufrimiento que suponen ciertas decisiones que por lo general toman los poderes políticos desde los cómodos sillones de sus despachos. Eso nos entristece profundamente, además de crearnos un gran desasosiego interno acompañado de un fuerte sentimiento de furia e impotencia porque sabemos que no podemos cambiar nada, o muy poco. Muchos se quejarán y dirán que no me venga arriba ni me crea superior a ellos por ser reencarnacionista, que ellos también lo pasan mal viendo el sufrimiento en el mundo y son igual o más de compasivos que yo. Sí, es posible. Que me perdonen estas personas, pero creo que no tienen ni idea de lo que es recordar vidas pasadas, y por tanto no son capaces de sentir lo mismo que yo en cuanto a empatía o compasión se refiere.


Los reencarnacionistas somos los únicos que podemos de verdad ponernos en el lugar del otro, aunque sea algo que no hemos vivido en esta vida, sino en otras. Tenemos los recuerdos y los sentimientos a flor de piel. Con frecuencia aún estamos tratando de superar los traumas que un hecho del pasado remoto nos causó en el alma. Con frecuencia aún sentimos el dolor que nos supuso perder a alguien, el dolor que nos supuso una muerte a destiempo, la rabia que sentimos por no poder parar una guerra que destruyó todo lo que teníamos, el miedo de un soldado empujado a luchar y a matar sin saber muy bien la causa por la que lo hace. Por ello, en cada soldado que muere, en cada refugiado que huye de su hogar, en cada víctima de abuso sexual (añadir aquí la experiencia concreta que cada uno haya revivido)... nos vemos a nosotros mismos. Volvemos a sentir lo que eso supone. Eso es lo único que te hace comprender ese dolor (de ahí que reencarnemos, probablemente).

Al mismo tiempo, mientras vivimos nuestra vida presente, tenemos que ser testigos de cómo la misma historia se repite una y otra vez. Pones la televisión y te parece que aún vivimos en la Edad Media, cuando la vida de un ser humano no valía nada. Sé de varios compañeros que vivieron en primera persona las guerras religiosas que tuvieron lugar en Europa en el siglo XVI, y ves que han pasado quinientos años y las cosas siguen igual. Todo el mundo anda enloquecido y matando en nombre de su dios. En cualquier momento tu vida puede estar seriamente en peligro por un bombardeo, quedarte literalmente sin nada por haberte convertido en refugiado, o tener que morir por dejarle un futuro decente a tus hijos. Y no hay nada más desalentador que ver todo eso y pensar: “Yo ya he vivido todo esto antes. ¿Cuántas veces más tengo que vivirlo? ¿Cuándo va a cambiar la humanidad?” Y no hay respuesta. Lo único que sé es que esto ha sido así desde que el hombre es hombre, y no parece que esto vaya a cambiar en el futuro próximo.

Y mientras (sí, aún hay más), no solo te siguen llegando recuerdos... También tienes que tener una paciencia infinita para explicarles a la gente por qué estás convencido de que la reencarnación es una realidad, sabiendo que jamás te van a comprender mientras no tengan recuerdos propios. Porque esto no se trata de una “teoría” o una “creencia”. Yo sé muy bien diferenciar mis propios recuerdos de lo que no son recuerdos. Puedo incluso diferenciar cuándo lo que veo son recuerdos propios o, quizá, podrían pertenecer a otra persona. Sé muy bien cuándo estoy soñando y cuándo no. Yo sé cómo he obtenido la información relativa a mis vidas pasadas y cómo he podido verificarlas. Yo he visto mi retrato en una vida pasada y sé lo que han dicho otras personas acerca de nuestro parecido físico (incluyendo a parientes que apenas sabían nada de mis recuerdos). Eso no es ninguna “teoría”. Eso no es una ilusión de mi mente, ni un deseo de ser otra persona (sobre todo porque esa persona no fue perfecta ni mucho menos). Eso es reencarnación, simple y llanamente. Y por muy radical que suene siempre lo he dicho y siempre lo diré: el que aún duda de la reencarnación es porque no recuerda vidas pasadas o porque no tiene la suficiente información. Pero día tras día tienes que ser educado y paciente y dejar que los demás piensen que eres un iluso con poco cerebro, solo por hacerles pensar un poco para que, con un poco de suerte, se pongan a investigar y a recordar por sí mismos, si es que de verdad quieren una respuesta.

Esta es mi vida. Hay veces que me siento como Frodo a punto de llegar a Mount Doom, aunque la verdad es que después de todo no me puedo quejar. He conocido vidas peores... Y lo bueno es que el viaje te cambia tanto como le cambió a él.    


11 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Jajaja! Gracias, pero creo que tú me sigues muy de cerca ;-)

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  2. ¡Cuánta razón tienes! Y cuánta carne en el asador pones :)
    Tengo que decir, sin embargo en la cuestión de la empatía, que conozco gente muy empática que no es reencarnacionista y también algunos reencarnacionistas que no lo son... Pero definitivamente, tener recuerdos te hace empatizar de manera especialmente profunda con situaciones por las que tú pasaste y que aún sientes.

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    1. Es verdad, yo tampoco me considero especialmente empática, excepto con gente que está pasando por lo mismo que pasé yo. Supongo que podríamos hablar de una empatía general y una empatía específica. Por otra parte también me pregunto cuánta gente que dice ser muy empática lo es solo de boquilla...

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    2. jajaja si, eso es cierto, pero me refiero a empáticos q no es q lo digan sino q ves q lo son.

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  3. Esta pregunta no va con mala intención, así que espero que no siente mal.
    Los reencarnacionistas de verdad, los que recordáis vidas pasadas e incluso habéis logrado verificarlas, sabiendo de primera mano que la muerte no existe, que somos eternos y que por lo que sea venimos una y otra vez, etc... ¿por qué sufrís tanto por vuestras vidas?

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    1. ¿He dicho que sufro por mi vida? Veamos... creo que sufro mucho menos que la gente que no recuerda vidas pasadas y no sabe que la muerte no existe. En un comentario anterior dije que no me siento especialmente empática, y una de las razones es porque cuando muere gente veo a todo el mundo sufriendo por el que se va, mientras que yo me suelo quedar bastante fría porque sé que no han muerto. Mi vida actual, si quieres que te sea sincera, está siendo un paseo agradable y pacífico por un jardín lleno de flores, si lo comparo con otras vidas en las que la angustia, la desesperación, la violencia, etc, estaban mucho más presentes. Recordar mis vidas pasadas hace que ponga mis vivencias en perspectiva, y que valore mucho más lo que tengo que ahora. Por tanto, no sufro tanto como sufren otras personas por cosas sin importancia. Recordar vidas pasadas tampoco significa estar todo el día llorando por los rincones lamentándonos de los que tuvimos que vivir en otras vidas, si por ahí iba tu pregunta. Nos divertimos como todo el mundo, tenemos nuestros trabajos, nuestras parejas, nuestras vidas, al fin y al cabo.

      Ahora, si "sufrimos" es normalmente porque sentimos con mucha más intensidad que otras personas emociones que nos vienen de otras vidas. Podríamos decir que vivimos varias vidas a la vez. Pero esto suele ser en momentos puntuales, cuando estamos en past life mood, es decir, cuando sentimos cierta nostalgia por esas vidas pasadas, o estamos tratando de superar algún acontecimiento traumático. El resto del tiempo, estamos bien o mejor que bien. Sabemos disfrutar como nadie de los pequeños placeres de la vida, precisamente porque sabemos que en nuestra próxima vida podríamos no tener tanta suerte.

      Espero haber contestado a tu pregunta. Aquí tienes una entrada relacionada con este tema, si quieres leer más: http://soyreencarnacionista.blogspot.com.es/2013/11/el-sufrimiento-en-el-mundo-y-la.html

      Un saludo.

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    2. Yo me refería a vuestras vidas anteriores. ¿Por qué os vienen esas malas emociones y traumas no resveltos si sabéis que se trata de un "juego"?

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    3. Bueno, lo primero de todo, lo de que se trata de "un juego" es mi teoría. Esto no quiere decir que todos los reencarnacionistas estemos de acuerdo ni que "sepamos" nada. Segundo, aunque se trate de un juego, no es un juego fácil. Para mí una de las razones por las que reencarnamos es porque vivir va unido a sentir en propia carne las experiencias que tenemos aquí. No es lo mismo vivirlo en primera persona que te lo cuenten. Pero estas emociones tienen un precio, y no desaparecen con la muerte, al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente. La vida espiritual (la verdadera vida, como yo digo), tiene una continuidad. A veces tenemos un cuerpo y otras veces no, pero lo que viviste en otra vida te puede seguir afectando hoy. Las experiencias forjan nuestra personalidad, nuestra forma de reaccionar a las cosas, etc. Y eso es a través de las emociones. Por otra parte, ten en cuenta que no todas las emociones son malas, también tenemos recuerdos agradables, que en muchos casos son los que nos hacen sentir esa nostalgia. Y en cuanto a los traumas, siempre llega un día que los superas, no hace falta ser tan pesimista. Lo bueno es que de todo lo malo siempre se acaba sacando algo bueno.

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  4. Concuerdo con muchas de las cosas que acá se describen, pues a pesar de las convicciones de mi familia, desde la niñez he tenido recuerdos de vidas anteriores e incluso tengo un lunar justo donde recuerdo una herida mortal de otra vida... no es algo que comente mucho pues la gente lo ve a uno como bicho raro... no sé si han visto una película que se llama El día de la Marmota... a veces cuando tengo esos recuerdos me siento como el protagonista, viviendo lo mismo, viendo que la humanidad sigue igual a pesar de que hablan de "progreso" y de "como la humanidad ha avanzado"... en fin, es verdad que al final uno se queda tranquilo y ya no se molesta mucho en que otros te crean, simplemente sabes que es cierto por lo que sientes y vives.

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La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

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